sábado, 24 de julio de 2010

UN CAUTIVO EN LA CORTE REAL DE BABILONIA


CAPITULO I

vers,1,2:en el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalem, y cercóla. Y el señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los vasos de la casa de Dios, y trájolos a tierra de Sinar, a la casa de su dios: y metió los vasos en casa del tesoro de su dios.

Con la precisión que caracteriza a los escritores sagrados, Daniel entra en seguida es su tema. Su libro se inicia en un estilo sencillo. Los primero seis capítulos, con excepción de la profesía del capitulo 2, tienen carácter narrativo. Con el capítulo 7 llegamos a la parte profética del libro.

El sitio de Jerusalén.- Como persona consciente de que no enuncia otra cosa que una verdad bien conocida, procede en seguida a presentar una serie de detalles capaces de probar su exactitud. La caída de Jerusalén aquí menciona había sido predicha por Jeremías, y se produjo en 606 ant. de J.C. (Jeremías 25:8-11). Jeremías sitúa este cautiverio en el cuarto año de Joacim; Daniel, en el tercero. Esta aparente discrepancia queda explicada por el hecho de que Nabucodonosor inició su expedición casi al final del tercer año de Joacim, que es el punto desde el cual Daniel hace arrancar su cómputo. Pero el rey no logró subyugar completamente a Jerusalén hasta más o menos el noveno mes del año siguiente, que es el usado por Jeremías para su cómputo. Joacim , aunque atado para ser llevado a Babilonia, se humilló, y se le permitió quedar como gobernante de Jerusalén, tributario del rey de Babilonia.

Esta fué la primera vez que Jerusalén fué tomada por Nabucodonosor. Ulteriormente, la ciudad se rebeló dos veces, pero el mismo rey volvió a apoderarse de ella, y cada vez trató con más severidad. La segunda caída se produjo durante el reinado de Joaquín, hijo de Joacim, y entonces fué cuando todos los vasos sagrados fueron tomados y destruidos y los mejores de los habitantes fueron llevados en cautiverio con el rey. La tercera se produjo bajo Sedequías, después de un sitio formidable de casi año y medio, durante el cual los habitantes de la ciudad sufrieron todos los horrores de hambre. Al fin, el rey y la guarnición intentaron escapar de la ciudad, pero fueron capturados por los caldeos. Estos mataron a los hijos del rey delante del él, le sacaron los ojos, y lo llevaron a Babilonia. Así se cumplió lo predicho por Ezequiel, a saber, que se le llevaría a Babilonia y allí moriría. Aunque sin ver el lugar.(Ezequiel 12:13.) En esa oportunidad la ciudad y el templo fueron completamente destruídos, y toda la población, con excepción de unos pocos labradores, fué llevada cautiva a Babilonia, en 586 ant. de J.C.

Así fué cómo Dios testificó contra el pecado, no porque favoreciese a los caldeos sino que los empleó para castigar las iniquidades de su pueblo. Si los Israelitas hubiesen sido fieles a Dios y observado su SÁBADO, Jerusalén habría permanecido para siempre. (Jeremías 17:24-27.) Pero se apartaron de él, y él los abandonó. Profanaron los vasos sagrados al introducir ídolos en el templo, y por lo tanto Dios permitió que esos vasos fuesen profanados en forma aun peor y los dejó ir como trofeos a los templos paganos del extranjeros.

Cautivos Hebreos en Babilonia:.-Durante esos días de aflicción y angustia para Jerusalén, Daniel y sus compañeros fueron alimentados e instruídos en el palacio del rey de Babilonia. Aunque eran cautivos en un país extraño, en algunos respectos se hallaban sin duda mucho mejor situado que si hubiesen quedado en su país natal.

Para estar en el palacio

del rey; y que les enseñase las letras y lenguas de los Caldeos. Y señalóles el rey ración para cada día de la ración de la comida del rey, y el vino de su beber: que los criase tres años, para que al fin de ellos estuviesen delante del rey.

Hallamos aquí registrado el probable cumplimiento de los predicho del rey Ezequías por el profeta Isaías más de cien años antes. Cuando este rey, dejándose embargar por la vanagloria, mostró a los mensajeros del rey de Babilonia los tesoros y las cosas santas del palacio y de su reino




Libro de Daniel y el Apocalípsis

tomo I

Escritor por URIAS SMITH

Edición 1971

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